sábado, 1 de marzo de 2014

Cómo hacer un CsO en casa sin esfuerzo


Para gente poco leída, recordemos que el CsO, el cuerpo sin órganos, es una idea del gran Antonin Artaud, guapo al principio y tirando a horrible después, que los no menos grandes pareja de hecho Deleuze y Guattari convirtieron en concepto. Para entender de qué estamos hablando puede ser útil compararlo con otro concepto opuesto, el CCU, el Ciclo del Chicle Usado, del también no menos grande pensador papanatas Slalom Chiken. El CsO no es el CCU. No. Esto para empezar. Precisamente porque no tiene órganos no se pega ni se le pega nada, es todo lo contrario a un chicle. No es pegajoso. Y es lo más parecido a una sartén antiadherente. Todo le resbala y se mantiene siempre como el primer día. No sabe a refrito ni coge sabores. Nuevo. El CsO es un cuerpo eternamente nuevo, y joven, limpio y fresco como una virgen, como la Virgen María, ya puestos. Un cuerpo libre que no se deja atrapar. Será de goma, pero no de goma de mascar. Con esto ya vale por hoy.

Ahora expliquemos cómo construir un CsO en casa sin esfuerzo y en siete sencillos pasos:
1. Llenar un vaso de agua con agua. Muy importante.
2. Abrir el microondas y programar 3 minutos a máxima potencia´
3. Ponerlo en marcha.
4. Dejar con sumo cuidado el vaso de agua con agua en el mármol de la cocina. Muy importante.
5. Contemplar el microondas sin pestañear creyendo que el vaso de agua con agua está dentro.
6. Cuando suene el timbre de aviso, abrir el microondas y comprobar que no hay nada en su interior.
7. ¡Eureka! Ya tenemos un CsO: un microondas vacío que insufla energía al vacío.


Paso opcional: beber al final el vaso de agua con agua.

Como pueden ver, no era tan difícil como parecía.
 ¡Y recuerden! CsO, sí. CCU, no. Otra vez. CsO, sí. CCU, no. Para más información sobre el CCU, véase el clásico... http://toxinajoro.blogspot.com.es/2014/02/dale-al-chicle.html


2 comentarios:

  1. ahí es nada, al fin el CsO, tan lejos, tan cerca, mi querido saltamonjes. Eugenio trías se mordería lazs uñas ante tan diáfana explicación. El retrochuche wagneriano no podría extender mayor claridad y complejidad. Antonin Harto

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  2. Eugenio Trías es como Elvis; en realidad no ha muerto.

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