martes, 22 de noviembre de 2011

Escuela de cadáveres 2

Deshacerse de un cuerpo no deseado puede causar muchos problemas, y si no que se lo expliquen a John Perry, un atento marido de Gales, tierra de grandes prados regada con sangre. En 1992, Perry, de cincuenta y dos años, llevó el cadáver de su santa esposa, una filipina más joven a la que acababa de asesinar, al cuarto de baño. No es que tuviera una necesidad, amigos, es que iba a descuartizarla. El honorable doctor Wayte, emimente patólogo del Ministerior del Interior, calculó que para realizar esta tarea debió emplear doce horas de trabajo duro y sangriento, Un trabajo agotador como pueden ver. Eso sí, los resultados fueron impresionantes, ya que los trozos estaban cortados uniformemente en cubitos, no se sabe si para hacer sopa o para alegres cócteles. Perry rompió los huesos como quien casca nueces y al final los serró. Estupendo.

Entonces tuvo la genial idea de cocinarlos, como ya estaban cortados... pues, qué mejor que hacer un buen guiso. Para que la carne se separara con mayor facilidad, coció la cabeza por separado en el horno doble. Un perfeccionista, el tal Perry. Luego, para rematar la faena, perforó y partió el cráneo en dos y vertió el contenido, junto con otros 80 litros de sangre y líquidos de todo tipo en el campo. Un abono excelente. Durante repetidas salidas nocturnas a la luz de la luna. Todo un romántico... no olvidemos que su mujer acababa de morir.

En su casa tenía una caja llena de órganos humanos, dos bolsas de plástico con carne variada y despojos, y, de premio, un contenedor lleno de grasa humana congelada. La casa olía a carne asada, a barbacoa, y también a podrido. La alfombra estaba llena de sangre a reventar y Perry, angelito, todavía llevaba sangre fresca en la cara cuando la policía llamó a la puerta para interrogarlo. Los vecinos ejemplares habían dado al alerta, quienes advirtieron que de las alcantarillas salía una cantidad anormal de espuma de jabón, con burbujas gigantescas. Esto tuvo que ser un primer aviso de la burbuja inmobiliaria que nos caería encima.

martes, 11 de octubre de 2011

Pura brasa

¡Esto está que arde queridos inter, extra y supernautas! El mundo se quema. La banca se quema en tres semanas. Corred a sacar los ahorros antes de que todo arda. Vuelve la inquisición. El dinero es la bruja, todo está en Brujas, todo son brujas. Todo está en Bruselas. La tormenta perfecta está al llegar. Y el Coloso en llamas, y el coloso de barro italiano, el coloso de Rodas, en paz descanse, y el Coloso de los x-Men. Un infierno colosal, pura brasa. ¿Por qué pasa todo esto? ¿Que hemos hecho mal? ¿Por que hacéis esto con nosotros?-El mercado responde: ¿Por qué no? ¿Por qué no quemarlo todo? ¿Por qué no incineraros a todos? Nada nos lo impide. Cuanto más rápido mejor. Con el lanzallamas. Apuntad bien, que no es cuestión de malgastar combustible, inútiles. ¡Que hay crisis! Ni para eso sirven. Dinero, personas, edificios, naciones. Todo con el lanzallamas. Incineradlos hasta reducirlos a cenizas. Quemadlos vivos hasta que paguen lo que deben, hasta que alivien la deuda. Malditos deudores. Si somos realmente sinceros con nosotros mismos, tendríamos que admitir que ya es bastante difícil vivir según nuestras normas. Pero es que hay más. Pecadores del mundo entero tenéis que vivir además con las reglas del juego del nuestro señor el Hacedor. Y pagar de una vez todo lo que debéis, hasta el último céntimo y la última gota de sangre. Evidentemente, como se puede leer en el profeta del Financial Times, más conocido como Juan, en 1 Juan 1:8, "Si decimos que no tenemos pecado -ergo deuda- nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros". Pues que no esté, qué nos importa la verdad. Y, por tanto, no importa lo bien que estén ordenadas nuestras finanzas o lo respetable que sea nuestra imagen pública, todos necesitamos hermanos, un alivio de la deuda. Alíviate hermano. Ves al inodoro. En Romanos 3:23, clarísimo, "por cuanto todos pecaron, y está destituidos de la gloria de Dios". Y de la cuenta corriente y de los ahorros. En nuestra independencia y autosuficiencia pasamos por alto la deuda de amor que tenemos con la Banca, tanto que nos han querido y tan poco que les queremos nosotros. Desagradecidos, no nos merecemos los financieros que tenemos, el trato exquisito de los empleados de banca, la prodigalidad en las oficinas bancarias, los regalos a todas horas. No, por favor, tantos regalos no, no queremos más, por favor, no sean tan amables. Pero quédense algo para ustedes, que se van a arruinar, no lo regalen todo. Y al final se arruinaron. Tanto regalo, tanto regalo acaba así. Y tampoco reconocemos las consecuencias de ofenderles de esta manera, las cuales son muy graves: "Está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio... " (Hebreos 9:27)... y después el embargo, el deshaucio y de patitas en la calle. Sorprendentemente, Dios, con su gran misericordia, nos ofrece una forma de alivio de la deuda, mucho mejor que cualquier otra. Mejor que el lanzallamas se entiende.

sábado, 18 de junio de 2011

TEPCO... Jones: ¡Libre de la deuda... fuera de peligro!

Crisis financiera, crisis atómica, crisis ecológica, crisis alimentaria y muchas otra crisis. No cabe duda al respecto, vive ahora y paga después, y viva la radiación para quien le toque, se ha convertido en el principio director de nosotros hoy. Eso se debe a que el crédito, que hasta hace poco ha estado fácilmente disponible, ha hecho realidad lo de que más vale uranio en mano que fusión del reactor. Esto ¿importa? No. Las deudas pueden acumularse con demasiada facilidad, hasta el punto de que los padres matan a los hijos por adelantado, y todo cuesta mantenerse a flote. Pero, alabado sea el señor también existe otra forma de deuda que nos afecta a todos, una deuda oculta mucho más grave que el dinero, la contaminación radiactiva, el tepco-cinismo o la inflación bursátil. Y una deuda para la que parece que sólo hay una respuesta. Sí, la clave está en entender cuál es la mayor deuda que tenemos cada uno de nosotros, primero debemos aceptar que nuestras vidas no son nuestras. Demasiado tiempo hemos creído que al menos teníamos una vida. Ilusos. Aquí no hay nada gratis. Pagad por todo y morir rápido, y hay que pagar al acreedor más grandioso de todos los tiempos. Ahora resulta que fuimos creados, en algún tipo de eyaculación precoz o polución nocturna, por DIOS, y encima para su placer, y , por tanto, el tiene derecho a ordenar nuestra vida cotidiana. A los Hebreos 2:10 me remito, incrédulos y mala gente... "Dios por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten". Esto sí que es una deuda, y de las gordas, y lo demás son tonterías, ni mil bombas atómicas, oiga, Dios es mucho peor, la mayor contaminación universal jamás inventada. El puto amo TEPCO planetario. Sin embargo, las personas son unas desagradecidas, qué natural nos resulta molestarnos ante la sugerencia de que alguien nos diga cómo hemos de vivir, especialmente cuando para nosotros su existencia misma es, como poco, cuestionable. Y esto a pesar del hecho de que (Salmo 24:1), "Del señor es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan". La propiedad privada es un invento muy antiguo, y los propietarios también. La tierra tiene un dueño, y que espera cobrar puntualmente, porque si no, los intereses aumentan y aumentan y aumentan, hasta que nos pondrá de patitas en la calle, y váyase usted a encontrar otro planeta donde poner a su familia, suegra incluida.
Esta conciencia de la deuda universal y sin escapatoria no se reconoce, debido a nuestra naturaleza incrédula y egocéntrica, preferimos rechazar lo que Él dice para poder seguir haciendo lo que queremos. Por esta razón, no podemos tener ni disfrutar del placer de ser propiedad, de tener amo, una relación personal enriquecedora con Dios que Él ha planeado para nosotros. Sólo la maldad ha hecho esta relación imposible, y según el bueno de Isaías 59:2, "Pero vuestras iniquidades y pecados han hecho división entre vosotros y vuestro Dios".
Menos mal que la gloriosa verdad es que Dios ha hecho posible, y con él todas las Tepco del mundo, que podamos estar en paz con Él, y que gozemos de su compañía y de la deuda que jamás podremos pagar. ¡Pero si yo trabajo mucho! - Ya, pero a ver cómo paga su propia vida en el tiempo limitado que tiene para vivir! ¡No sea ingenuo! ¡No ve que es imposible!

miércoles, 4 de mayo de 2011

Wena Naty

Por una vez, el lenguaje se aplica con propiedad y la señorita Wena está de buen ver, incluso la lengua está bien aplicada, ahí donde toca. Todo un prodigio esta chiquilla, amante de la naturaleza y del sexo al aire libre en los parques frondosos de la gloriosa tierra chilena. Especialmente exquisita en su versión Pokemon, Wena Naty 2, o quizás 3, original o subtitulada. Un vídeo edificante y felacionante, que trata a fondo la sexualidad en los jóvenes, con pelos y señales, y no las tonterías de la educación sexual con preservativos volando por las clases, hinchados como globos. La práctica es la mejor escuela. Hay que perseverar queridos estudiantes, sin desfallecer, y si se ha de practicar en el parque, pues se practica, que hay que sacrificarse por el mañana. ¡No queréis ser hombres y mujeres de provecho!, pues tomar ejemplo de Wena Naty, mirad todo el provecho que saca, cómo exprime hasta la última gota y hace felices a los demás. Pero no, YouTube y afines han censurado esta obra preñada de sensibilidad y buen hacer, no han apreciado la bondad que exuda por todos los poros, que se derrama como un caliz dorado entre los labios, no, mientras que tenemos que tragarnos los millones de tonterías que hace el mundo entero. Puestos a tragar, es más bueno como la Wena Naty. Las muñecas de Famosa eran una memez. Todavía deben estar corriendo como lisiadas hacia el portal de Belén. Lo que está de moda son las muñecas Wena Naty, a tamaño natural, con ojos grandes y boca abierta. ¡Corra, por dios, corra, que se acaban! Sus hijos no se lo perdonarán y su mujer estará más tranquila, por fin podrá descansar y dejar de tener dolor de cabeza. Wena Naty, la benefactora de la humanidad, filántropa universal.

lunes, 4 de abril de 2011

La zombificación japonesa

El futuro será amarillo. No muy color limón ni ácido, más bien color de cera de los muertos. El cambio de la sociedad feudal a la industrialización a todo trapo, a toda máquina, sentó fatal a los japoneses y todavía no lo han digerido. ¡Qué va! Los ha trastornado por completo y vaciado por dentro como un limón seco, medio rancio. Es difícil imaginar un pueblo que haya alcanzado tales cotas de perversión, cinismo y sumisión, y no es extraño, es lo lógico ver jovencitas desnudas japonesas fornicando en pareja con un pulpo vivo, que es como el pulpo a la gallega, pero el toque oriental consiste en orinar encima del cefalópodo primero. ¡Para que esté más a gusto, que lo frío siempre molesta en ciertas zonas! O dibujos de mutilados que penetran con sus muñones cuerpos ansiosos. La decadencia de Occidente no es nada comparada con la decadencia de Oriente. Nada de nada. Están acabados. Y apañados estamos. Los hemos matado a golpe se empresa y capitalismo desenfrenado. Lo bueno es que ellos nos van a comer a nosotros, con palillos y sin cocer siquiera. Sushi de hombre blanco. A estas fechas, después de la broma nuclear, lo normal sería que el emperador hubiera sido desmembrado y sus piernas y brazos colgaran de las farolas como adornos de Navidad. Su cabezón merece un tratamiento aparte, quizá como urinario público. Y a los dementes que han convertido a Japón en una bomba nuclear en potencia, construyendo con entusiasmo decenas de centrales ¡en una isla!, a los directivos de las centrales y empresas eléctricas, deberían como mínimo tirarles al mar con un bidón lleno de residuos radiactivos atado a los pies. A ver si así dejan de sonreír y saludar. Ya, tome ejemplo en lugar de criticar, lo que pasa que el pueblo japonés es muy tranquilo, se lo ha tomado todo con mucha tranquilidad. Son muy serenos los tíos. Un comportamiento cívico irreprochable. Lo que tú digas amigo. Con la misma serenidad y tranquilidad que eran kamikazes concencidos, que crearon campos de experimentación con seres humanos en Manchuria, prostituyeron a las mujeres de media Asia... Un inciso, es legendario el corto tamaño del miembro japonés, en todo caso, a pesar de su limitaciones la soldadesca era muy fogosa... Y seguimos, campos de concentración... y muchas más delicias orientales. Siempre obedientes y tranquilos, eso sí. Tranquilidad que no falte. Ahora les dices que mañana se acaba el mundo y que han de degollar a toda la familia, y se agachan, saludan, medio sonríen y se van a la cocina a afilar el cuchillo. Tranquilos, muy tranquilos. La huelga a la japonesa consiste en no dejar de trabajar. Como les inculcamos el capital, pues van y se lo toman en serio, llegan hasta el fondo, sí señor, muy profesionales, con ganas y convencimiento, hasta con alegría, hasta convertirse en los muertos del presente que nos van a comer y matar a todos. Nos van a devolver con creces el marrón en que los hemos metido. Si es que el amarillo da mala suerte. A qué colonizador descerebrado se le ocurrió pisar las tierras orientales. El Marco Polo podía haberse quedado quieto. ¡Y ahora no habrían centrales nucleares como hongos en un país lleno de locos amantes del manga y el trabajo!

jueves, 17 de febrero de 2011

Escuela de cadáveres 1

Ya saben ustedes que hay dos tipos de muertos: los legales y los ilegales. Los legales no son delito y agrupan a todos los caídos por la patria, los soldados llevados al matadero, los ejecutados, los muertos en acto de servicio -y no se refiere a las funciones naturales en el reservado-, los reos de penas de muerte, los desaparecidos por el bien del país, los sacrificados por el bien general y todos los corderillos que los estados consideran prescindibles cuando les da la ventolera. No son delito porque precisamente ustedes ya saben o deberían saber que mueren para salvaguardar la ley y el orden, aunque no quieran hacerlo o ni siquiera sean conscientes de esta gloriosa función. Así se obtienen maravillosos crímenes legales y santificados por la ley, la iglesia, los partidos y los coleccionistas de cromos. Estos muertos son millones. Tanto da, nunca acaban en el juzgado y cuando lo hacen es con retraso y cuando no sirven de nada, excepto para llenar los telediarios. Los otros muertos, los ilegales, son los que ley declara asesinatos o homicidios, y no son millones, qué va, más bien pocos en comparación, aunque dan trabajo a jueces y abogados.

El problema básico de los muertos ilegales es el cadáver que queda. Un verdadero estorbo. No hay que subestimar la durabilidad del cuerpo humano. Cuando es desenterrado. muchas partes de él siguen conservándose. Así que los asesinos y homicidas tienen que apañárselas para hacer desaparecer el cuerpo del delito.

Un cadáver es un objeto enorme y cuya presencia se divulga rápidamente por el hedor que desprende. Si no lo saben, no se preocupen, en algún momento lo experimentarán en sus propias carnes. Enterrarlo en las ciudades no es fácil, tanta edificación no deja sitio, y en el campo enseguida se detecta por el rastro de la tierra removida. Las tumbas poco hondas expulsan a los muertos y si cavamos muy profundamente los vecinos van a sospechar, aparte de quejarse del ruido que hacemos a altas horas de la noche. Seguramente gritaran: "Estas nos son horas para hacer escándalo" "Queremos descansar". Una lata. Necesitamos más tranquilidad.

Tampoco parece muy buena idea llevar el cuerpo en el maletero y descargarlo en una consigna como si fuera un regalo para la abuela. Y, si, esconder el cuerpo en el jardín puede entusiasmar a los perros y aromatizar el huerto con extraños perfumes. Llegamos al desmembramiento, que es una tarea larga en la que todo se llena de sangre y trozos de todos los colores y tamaños. También es un fastidio y muy poco práctico. ¿El ácido? No es la panacea para hacer desaparecer el cuerpo. Y las bombas tampoco. Vaya usted a saber dónde van a parar los pedazos de la difunta víctima. La incineración no es mucho mejor, ya que deja intacta la dentadura y los dientes de oro. Los ríos y el mar tampoco son de fiar, todo flota y acaba apareciendo en una playa concurrida de turistas.

En conclusión, los envenenamientos y los falsos accidentes son lo preferidos si hay ocasión. Si la muerte parece por causas naturales, del cadáver se ocupa la propia funeraria y todo es legal e incluso moralmente perfecto. Se puede redondear con algunas lágrimas. Cuando sale bien, el muerto ilegal se convierte el legal y podemos estar orgullosos de hacer lo mismo que se hacía y en algunos lugares todavía se hace en las comisarías: cuando alguien es arrojado por la ventana desde un sexto piso, para que tome el fresco, se dice que ha muerto de "muerte natural". Naturalmente.


lunes, 31 de enero de 2011

¡En la cara, no...!

Antes vivíamos muy felices, aunque sin perdices, y no conocíamos los trapos sucios de todo tipo que hay dentro de los demás, ocurrencias, chascarrillos, prejuicios, ideas descerebradas, mala ostia, cretinismo, y toda la panoplia de vicios, pecadillos y penurias de los tristes cerebros. Como mucho cuando abrían la boca o cuando había que soportar las borracheras de los amigos, las comidas familiares, temibles en Navidad, o a los pesados de los bares y tabernas. Con el progreso, estimado público, todo ha cambiado. Ahora con el invento postpaleolítico de internet, blogueos, redes "socialistas" y demases, todo el mundo se cree en el derecho de echar encima de sus semejantes todo lo que lleva dentro. Y sin ningún pudor, qué ostias. Tenemos que saberlo todo y soportarlo todo, en directo y a cualquier hora. Lo que creen que saben. Lo que creen que son. Lo que no saben los otros. Lo que no son los demás. Lo que opinan o dejan de opinar. Sus gustos y preferencias. Sus desgracias. Su vida. Pero, ¿qué vida? ¡Vayánse a sus casas por favor! ¿Que los aguante su santa madre, su sacrificada esposa o su atento esposo! ¿No ven que no interesa? Señores, señoras, señoritas... No nos echen sus miserias como si fuera el más exquisito de los manjares. Abajo con las masturbaciones colectivas. ¡Que no somos porno stars que disfrutamos con las oleadas de liquido seminal que inundan la cara! ¡Si encima querrán que traguemos y que miremos a cámara sonrientes! Aquí no vamos a sonreír ni para la foto. - Pero oiga, si usted hace lo mismo... - Cállese hombre, que no se entera de nada, no sabe que en el primer mundo mientras trabaje, cierre la boca y pague impuestos todo el mundo es libre de hacer el idiota cuando quiera... además, déjeme con mis cosas privadas... y no me mire que me desconcentro...

lunes, 24 de enero de 2011

Medallas en las playas

A la Gran Europa, este simpático sueño hitleriano que cada vez está más cerca de hacerse realidad, le pasa como a la madame Castafiore en los cómics de Tíntin, que canta, y cómo desafina la señora, "Me río cuando me miro al espejo, laralá, laralá". La lástima es que no vomite, aunque sea un poquito. La política europea ha perdido el rumbo, está como desorientada y no sabe reconocer los valores universales.Nada, nada, una pena. Lo peor de todo es la política de concesión de premios. Un error tras otro. No dan pie con bola estos gestores y tecnócratas que apenas aciertan en sus decisiones. Por ejemplo, el premio a los emprendedores, perseverantes y gente con vistas al futuro. Negociantes, científicos, intelectuales, etc. ¡No!, no, estáis muy equivocados. Eso no es nada. Qué va a saber esta gente. Pensar un poco. Imaginemos a un muerto de hambre de cualquiera de los hemisferios. La odisea de atravesar con escasos recursos medio planeta. Hambre, sed. Miedo. Persecución. Muerte. Pero el hombre no claudica. Tira para adelante hasta llegar a la tierra prometida de acogida, a la Gran Europa. ¿Y qué se encuentra ahí? ¿Cómo es agradecida y celebrada su odisea, digna del aventurero más audaz? ¿Con un banda de música le reciben? Pues no, le empujan de vuelta al mar, si pueden, o le muelen a palos como un perro. Señores, por dios, que falta de visión política, de perspicacia. ¡Si habría que darle y ponerle una medalla nada más llegar! ¡Y de oro! ¡Oro macizo con diamantes! Si gente como esta es la que hace falta para salir de la crisis. Gente emprendedora e incansable. Venga hombre. Saquen a todos los chupatintas de los ministerios. A todos los funcionarios. A los presidentes y diputados. ¡Todos fuera! Y pongan a los muertos de hambre. Da igual que huelan mal, nadie es perfecto, seguro que sacan el país para adelante por poco que hagan. Incluso puede que encuentren hasta las joyas de la Castafiore. Menudos son ellos.