domingo, 18 de julio de 2010

El trono imperial

No vamos a hablar de Sisí la emperatriz precisamente, sino de algo un poco más sucio y menos glamuroso. El "trono" no es más que un tipo de retrete especial en el que se hace sentar a los contrabandistas o "mulas" sospechosas de llevar algo en sus intestinos que hace compañía a sus excrementos. Es un inodoro seco donde el sospechoso debe plantar el pino bajo la atenta mirada de funcionarios con batas blancas. Se emplea un chorro de agua para pasar las heces a un depósito de acero inoxidable y una ranura para insertar la mano enguantada. No se trata precisamente de alta tecnología. Una vez en la caja, los excrementos se examinan con cuidado y delicadeza: se pueden lavar, tocar, palpar con una mano enguantada o someter a pruebas. Es como una versión funcionarial del beso negro o de trabajos lubricados en la puerta de atrás. Pero como las ciencias adelantan que es una barbaridad, este método sucio y degradante ha sido sustituido por escáneres y rayos X de todo tipo. ¡Qué lástima, con el encanto que tenía sentarse en el trono! ¡Sin contar el morbo de que te observen funcionarios o funcionarias vestidos como enfermeras!

No hay comentarios:

Publicar un comentario